jueves, 28 de junio de 2007

NUESTROS SEPARADORES

Ya estamos preparando nuestros separadores y nuestros exlibris, pero como somos tan democráticas quiero que me digáis cuál de los dos modelos de separador os gusta más.
¡a votaaaaar!!!



lunes, 18 de junio de 2007

LECTORAS CON ARTE... JUNIO. Hooper

Mis queridas lectoras. Doy un paso más. Voy a ir colocando imágenes de cuadros en las que las protagonistas son mujeres leyendo. A ver qué se os ocurre.

Empiezo con este misterioso cuadro de Edward Hooper (EEUU, 1882-1967).

Se llama "La habitación de hotel" y lo pintó en 1943.

Una mujer, aún con las maletas sin deshacer, lee un libro sentada en la cama, aprovechando la poca luz que entra por la ventana que tiene detrás.

¿Qué os sugiere? ¿Está sola? ¿Por qué no ha abierto todavía las maletas y ya tiene su libro entre las manos?

HE ENCONTRADO EN INTERNET ESTA OPINIÓN DEL CUADRO:
http://app2.expansion.com/blogs/web/cambra.html?opcion=1&codPost=520&categoria=6

miércoles, 13 de junio de 2007

HOY LIBRO!

La lectura formaba parte de sus ajetreadas vidas, y entre el trabajo, los niños, biberones y dodotis siempre habían guardado unos valiosos ratitos para vivir la vida de los protagonistas de los libros que tenían entre manos, y ausentarse por un rato de su rutina metiéndose en la piel de otros personajes. Viajaron con ellos a países exóticos, buscaron entre legajos los misterios de alguna secta secreta, e incluso compartieron los problemas domésticos de mujeres que no conocían y que vivían a miles de kilómetros. Cada uno de ellos les dio una visión diferente de la vida y, de algunos guardaron en sus corazones, como si fueran amigos de toda la vida, sus problemas y sus anhelos.

“¿Qué estás leyendo ahora?”; Ellas siempre reservaban un rinconcito de su conversación para comentar la lectura que tenían en esos momentos, se prestaban libros y se aconsejaban autores, pero cada una por separado y a ratos sueltos, hasta que un día decidieron unir sus energías y formar un club de lectura. Poco a poco se fue fraguando el grupo, y aumentando el número de implicadas.

“¿Qué nombre le ponemos?”; El segundo paso era buscarle un nombre. Jose propuso proponerlo en la próxima reunión del grupo de futbito Eurojueves, pero Cristina, temerosa de lo que podía salir de allí, puso a sus compañeros de trabajo (todos hombres) a pensar… y pensaron!!: “el club de las puretas muermo”, “las de la presbicia”… fueron algunos de los nombres que salieron de aquella sesión de literatura machista, pero ella los dejó continuar, haciendo gala de una santa paciencia, hasta que a uno de ellos se le escapó: “¡Hoy libramos de ocho a diez!”. ¡Eureka!. En su cabeza se encendió una bombillita y de salió “HOY LIBRO!”, nombre en el que se mezclaba lo lúdico con lo literario y que resumía el objetivo del encuentro. Respiró aliviada y reflexionó acerca de la gran fuente de inspiración que son los hombres si una es perseverante y paciente.

“¿Qué día quedamos?”; Se acercaba uno de los jueves que relucen más que el sol, y pensaron que esa luz sería ideal para iluminar su primer encuentro. La noche del 6 de junio del 2007 se citaron a las 9,30 en el reservado del restaurante EL ABUELO.

Habían decidido que la primera lectura fuera un libro de relatos, más cómodo de leer para todas, y que cada una llevara su preferido, para que entre ellos, tras una democrática votación, encontraran al elegido.

Adela no pudo venir, por lo que al final eran seis las comensales, todas uniformadas de blanco y negro, que al parecer son los colores más literarios de su fondo de armario.

Marga llegó cargada con unos catálogos de papeles pintados, que sin ser demasiado literarios también pasaron las votaciones del grupo. Ella hizo las funciones de secretaria, y tomó debida nota de todo lo que allí se hablaba.

Ángela fue de las pocas que llevaban su libro-propuesta bajo el brazo, y narró, como si fuera un relato, su despedida de soltera, celebrada en ese mismo restaurante y en la que presidía la mesa un muñeco hinchable de nombre Billy Joe.

Elena, Mª del Mar, Rocío y Cristina completaban el grupo.

Como todas eran (como en el anuncio de Coca Cola) de la generación de Mayra Gómez Kemp, descartaron dos de entrada. Mario Benedetti salió del reservado con su “Buzón de tiempo” bajo el brazo y Gabriel García Márquez hizo lo mismo con sus “Doce cuentos peregrinos”. Tras una dura votación y la lectura de dos de los relatos finalistas volvieron a quedar empatados, así que decidieron leerse los dos, ¡qué valientes!!.

Los libros seleccionados fueron: “Íntimas suculencias” de Laura Esquivel, aportado por Cristina en una preciosa edición ilustrada de Ollero&Ramos, y “Mujeres de ojos grandes” de Ángeles Mastretta, que llevaba su tocaya Ángela en una edición de Booket.














El camarero del restaurante, inspirado por el espíritu literario que llenaba la sala, fue narrándoles, paso a paso y entre plato y plato, el desarrollo de una despedida de soltero que se celebraba en la sala de al lado, donde 26 hombres estaban acabando con la reserva de botellas de rioja de la bodega y amenazaban con entrar al asalto en su intelectual reservado. Incluso les comentó que alguno de los asistentes tenía cuerpo de bombero, y que si querían sustituir los libros por el cuerpo se lo mandaba para que ellas realizasen una inspección ocular, a lo que Rocío le contestó que no había que mezclar "churras con meninas", y Elena que "antes de que llegase el cuerpo ella se iba a mear". Tras escuchar esos comentarios -no muy literarios- el camarero se retiró cabizbajo y olvidó la idea de enseñar el cuerpo (del bombero, claro).

Pero todo quedó en un susto y sólo fueron interrumpidas por uno de los maridos, de nombre Agustín y jerezano por más señas, que fue mandando mensajes a todas para interrogarlas sobre el tema de las conversaciones que se llevaban a cabo sobre el mantel. Tras un envío masivo de mensajes aclarándole sus dudas fue silenciado, o por lo menos estuvo entretenido con la agradable lectura de las misivas telefónicas el tiempo suficiente para que ellas acabaran la cena y algún que otro chupito de amaretto. El jerezano ya había intentado boicotear el club organizando una contra-tertulia masculina en la que desmenuzar —literariamente hablando— la revista Play-boy, aunque no tuvo la acogida que él esperaba, por lo que se encontraría frustrado y deseoso de boicotear la femenina.

Acabado el agradable encuentro volvimos a nuestros hogares dispuestas a enfrascarnos en nuestras lecturas y en sacarle jugo para el próximo encuentro.

martes, 12 de junio de 2007

PRIMER ENCUENTRO, CONCLUSIONES

1. LECTURAS PARA EL PRÓXIMO ENCUENTRO:
-"ÍNTIMAS SUCULENCIAS" de Laura Esquivel. Editorial Ollero & Ramos
-"MUJERES DE OJOS GRANDES" de Ángela Mastretta. Editoria Booket

Rocío Sánchez es la encargada de la compra de todos los ejemplares.

2. FUTURAS INCORPORACIONES: Quedan aprobadas las incorporaciones de más tertulianas siempre que inviten a una ronda, y que se traigan leído el libro recomendado (más que nada para que no se aburran en el "comentario de texto")

3. REUNIONES: Una vez al mes, la próxima queda aprobada para el 2 ó el 3 de julio (almuerzo), el lugar queda por definir, si nadie aporta uno nuevo se puede reservar otra vez en EL ABUELO.

4. BLOG. Se aprueba la creación de este blog para que sirva de punto de encuentro entre todas. Cristina es la encargada de su creación. Se espera de él que sea algo activo, en el que todas aconsejemos sobre lecturas o aportemos los comentarios que creamos oportunos.

5. APORTACIÓN ECONÓMICA: Cristina se quedó con un fondo de 10 euros para la elaboración de unos exlibris del club HOY LIBRO, con el que podamos ir creando una colección.

6. OBJETIVOS DE ¡HOY LIBRO!: Marga preguntó a las asistentes qué pensaban encontrar en los encuentros, y se llegaron a las siguientes conclusiones:
- Evasión
- Entretenimiento
- Retomar los hábitos de lectura
- Compartir lecturas dadas las afinidades de lectura del grupo
- Se pensó que en el futuro se podrían complementar los encuentros con otras actividades culturales relacionadas con los libros (por ejemplo una película o una obra de teatro basada en un libro)

lunes, 11 de junio de 2007

HOY RECOMIENDO... MÁS LIBROS

Ya se acercan las vacaciones, y con ellas más ratitos de lectura en la piscina o en la playa, así que he aumentado las propuestas:

El que me han recomendado en primer lugar, como lectura obligada (aunque en todos sitios me dicen que está agotado) es:

El niño con el pijama de rayas, de John Boyne
Editorial: Salamandra. Páginas: 224
Precio: 11,88 €
Estimado lector, estimada lectora:
Aunque el uso habitual de un texto como éste es describir las características de la obra, por una vez nos tomaremos la libertad de hacer una excepción a la norma establecida. No sólo porque este libro es muy difícil de definir, sino porque estamos convencidos de que explicar su contenido estropearía la experiencia de la lectura. Creemos que es importante empezar esta novela sin saber de qué trata. No obstante, si decides embarcarte en la aventura, debes saber que acompañarás a Bruno, un niño de nueve años, cuando se muda con su familia a una casa junto a una cerca. Cercas como ésa existen en muchos sitios del mundo, sólo deseamos que no te encuentres nunca con una. Por último, cabe aclarar que este libro no es sólo para adultos; también lo pueden leer, y sería recomendable que lo hicieran, niños a partir de los trece años de edad.

"Delicioso suicidio en grupo" de Arto Paasilina. Ed. Anagrama
Miles de finlandeses se suicidan la noche de San Juan. Onni Rellonen, un empresario en crisis, decide poner fin a su vida. Al encontrar un granero apartado, unos ruidos lo detienen. Onni salva a otro visitante del granero, el coronel Kemppainen, un viudo que había decidido matarse ese mismo día. Ambos renuncian al común propósito y empiezan a charlar sobre los motivos que les impulsaban. Toman una sauna, beben coñac y empiezan a tutearse, hasta que se rinden ante la evidencia: existe un gran número de candidatos al suicidio. Nace así una larga amistad y la idea de fundar una asociación de «aspirantes a suicida». Así, treinta y tres compañeros deciden partir, en un flamante autocar, en busca de un suicidio colectivo digno: cruzarán Europa hasta encontrar el mejor acantilado desde el que lanzarse deliciosamente al vacío.
PVP con IVA 18.50 €
Nº de páginas 280
Colección Panorama de narrativas


En la reunión se recomendó también (no recuerdo quién fue ¡perdón! y Marga no lo apuntó en en el acta): "El marino que perdió la gracia del mar" de Yukio Mishima
Alianza Editorial, 170 páginas, 6 euros.
Relato de una traición ignorada y de una idealización frustrada, es una inmejorable forma de introducirse en el singular universo creativo del japonés Yukio Mishima. Valiéndose de una prosa inconfundible, que sugiere tanto como dice y que utiliza con extraordinaria habilidad los silencios y las elipsis para dotar al relato de un ritmo característico, retrata en esta breve novela a través de su protagonista, Noboru, el abismo insalvable que se abre como una herida palpitante entre el desesperado intento de un clan de adolescentes de hallar su ubicación en el mundo mediante un código de conducta ya periclitado, y una sociedad ya irremediablemente convulsionada y despojada de su primigenia armonía tras la traumática derrota en la Segunda Guerra Mundial.
Del mismo autor:
El rumor del oleaje, de
Yukio Mishima
Editorial: Alianza. Colección: Biblioteca Mishima
Precio: 7,13 €
Una de las más grandes y bellas historias de amor de la literatura, narra el nacimiento y consumación del idilio entre dos adolescentes en un mundo primitivo y elemental: una minúscula isla japonesa en la que sobrevive una comunidad de pescadores apartada de la civilización y donde se percibe el olor salobre del mar, la fragancia de las cuerdas de cáñamo, el humo invisible de las hogueras y el rumor de un oleaje azul intenso que todo lo circunda. Guiado por su admiración hacia el modelo humano y la tradición bucólica de la Grecia clásica, que era capaz de establecer una perfecta coincidencia entre la vida humana y la misteriosa belleza de la naturaleza, Yukio Mishima (1925-1970) construye una bellísima novela acerca de uno de los temas perennes de la literatura.

Ensayo con un sugestivo título, más para disfrutar con imágenes que para leer, así que es el más apropiado para las perezosas:
Las mujeres que leen son peligrosas de Stefan Bollman
Prólogo de Esther Tusquets. Trad. Anna Kosutic
Ed. Maeva. 2006. 152 páginas, 29’50 euros
Atrayente museo temático de mujeres inmersas en la lectura, que invita a un vagabundeo literario por las hermosas imágenes de mujeres leyendo que proliferan en el arte occidental, desde el siglo XIII hasta nuestros días, firmadas por Buonarroti, Vermeer, Rembrandt, Fragonard, Casas, Manet, Matisse, Van Gogh, Julia Margaret Cameron, Eve Arnold o Hopper, entre otros creadores.
Esboza, de un modo atomizado e impresionista, una historia visual de la lectura en femenino, al hilvanar una cadena de retratos magistrales de mujeres con libro, concentradas en la lectura, o inmortalizadas en ese instante en que la mirada se levanta del texto para perderse en el ensueño.
Su autor, Stefan Bollmann, escritor y editor alemán, nos recuerda que el “furor de la lectura”, que pareció afectar a las mujeres a partir del XVIII, fue visto como una amenaza social y una prueba de la decadencia de las costumbres. Aunque Bollmann no cita el texto de 1801 del “izquierdista” francés Sylvain Maréchal, partidario de que las mujeres no aprendiesen las letras porque “leer abre las puertas peligrosas de la imaginación”, su visión nos recuerda que el libro era un atributo tradicionalmente masculino, del que se apropiaron en gozosa rebeldía las mujeres. Sin pretender una reconstrucción cronológica de la historia de la lectura, se testimonia, con textos cultos pero de tono casi volátil, cómo las mujeres hicieron suyo el placer íntimo de lo literario, desde lo místico a lo sentimental. Tanto el prólogo de Esther Tusquets, como la introducción y las reflexiones a pie de imagen de Bollmann, manifiestan que las mujeres alcanzaron nuevos horizontes con el acceso a la lectura, adquiriendo conocimientos, autonomía y capacidad para pensar por sí mismas. Desde la María Magdalena enfrascada en un libro sagrado de Ambrosius Benson (1540), pasando por la lectora con “incurable melancolía” en Habitación de hotel de Edward Hopper (1931), hasta una Marilyn fotografiada por Arnold (1952) y en apariencia sumergida en el Ulises de Joyce (inquietud intelectual que pone en duda el acertado prólogo de Esther Tusquets), la panorámica de imágenes sirve de soporte para que Bollmann despliegue una técnica narrativa cercana al collage. En los textos se insinúan ideas, se ofrecen datos históricos, se fija el contexto social, pero prima la divagación subjetiva. Se pretende ilustrarnos, no tanto a través de la descripción erudita sino en virtud de las subyugantes atmósferas imaginadas. Lo vemos en esa suerte de iluminación que embarga a la joven lectora de Domenico Fetti, inspirando a Bollmann este comentario: “ella nos hace sentir que la lectura, como el cinturón mágico de Afrodita, tiene el poder de conceder la gracia y garantizar el amor”. Flaubert quiso que la vida imaginada de las novelas fuera la perdición de Madame Bovary. Estas imágenes nos hablan de lo contrario: de conciencia atenta para llegar más lejos. “La literatura apacigua momentáneamente esa insatisfacción vital, pero, en ese milagroso intervalo […], somos otros”, ha escrito Mario Vargas Llosa. De la mano de grandes artistas, la transformación que ejerce la literatura, salta a la vista. Boucher ha representado a una marquesa de Pompadour con libro, en su recargado aposento, tal vez esperando a Luis XV, pero sobre todo con el gesto infantil de la evocación soñadora. Así, la niña tendida sobre un diván, del simbolista inglés Burne-Jones, tan concentrada que se ha convertido ella misma en un personaje del libro. Parecida expresión arrobada en la Muchacha leyendo de Théodore Roussel. Abundan los retratos de mujeres desnudas leyendo, como una que lee en la cama, pintada por Valadon, que fuera modelo de Renoir y de Toulouse-Lautrec. Aposentos íntimos, interiores holandeses o jardines nórdicos nos muestran un retablo de mujeres lectoras, muchas de ellas entregadas al “goce del texto”, perdidas en esa vida más amplia y “plenamente vivida”, como diría Proust, que es la literatura.
(Lourdes VENTURA)